Jesús nos enseñó un modelo y estilo de vida que nos hace felices prescindiendo de todo lo que es superfluo.
El gran problema del siglo XXI es la abundancia, una abundancia que asfixia nuestra vida y la hace dependiente de las deudas, el estrés y la ansiedad.
¿Cómo esta su casa? A veces tenemos nuestro hogar lleno de cosas, pero no hay sitios para nuevas relaciones o una vida simple y ordenada. Muchos cachivaches se amontonan en garajes, trasteros o por todos lados. La gente alquila grandes trasteros para guardar cosas que no volverá a usar. ¿Ha llegado al punto que disfruta más viendo como las cosas salen de su hogar que cuando entran?
Uno de los grandes peligros es que nuestras posesiones terminen por dominar nuestra vida. Una vida disciplinada a la forma de Jesús produce un cambio interior que se ve exteriormente.
La codicia es el problema del hombre desde siempre, Moisés ya la describió en Éxodo 20:17: “No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la esposa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”.
Una parte fundamental de nuestro llamado como cristianos es la sencillez. Jesús quiere liberarte de la carga de las cosas y devolverte la alegría de una vida mucho más simple.
