¿Por qué se enfurecen los teólogos?
Un simple vistazo a las redes sociales puede llevarnos a la conclusión de que tenemos que estar enfadados para hacer teología. Lo lamentable es que nuestros días se caracterizan por las peleas teológicas, llenas de palabras duras, exageraciones, sarcasmo mordaz y el espíritu de derribar a nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Sin embargo, no tiene que ser de esta manera. Es más, no debería ser así.
En «La teología fructífera», Ronni Kurtz nada a contracorriente para contrarrestar este problema predominante. En lugar de una teología que conduzca a la ira, la división y la discordia, este libro muestra que la vida de la mente en realidad puede conducir al fruto del Espíritu. La teología fructífera es para cualquiera que:
• Desea crecer en la comprensión de las Escrituras, pero teme que el conocimiento le vuelva arrogante
• Está confundido acerca de la relación entre la doctrina y la vida cristiana
• Le preocupa que la convicción teológica promueva la desunión y la discordia entre los cristianos
• Desea crecer en madurez cristiana, pero no está seguro de cómo encaja la teología en ese deseo.