El país de Dios no se haya en un mapa. SE ENCUENTRA EN SU PRESENCIA.
Cuando Dios libertó al pueblo de Israel, lo llevó a una tierra que fluye leche y miel. Él tiene un lugar como ese para usted. Es un lugar de bendición, redención y restauración. Es una imagen de la vida en el reino. Es donde usted encuentra las promesas y el favor de Dios.
La buena tierra es el país de Dios.
Dios le prometió la tierra a Abraham. Ahora, a través de Cristo, todos podemos habitar en la tierra que Dios le ha dado a Israel: la tierra donde todas las promesas de Dios son sí y amén (2 Corintios 1:20).
A través de enseñanzas bíblicas y proféticas, el autor de libros de mayor venta, John Eckhardt, le muestra lo que significa habitar en la tierra que Dios decretó para su vida. Las oraciones y declaraciones que Eckhardt comparte lo desafían a usted a vivir en un lugar donde sus pasos están seguros, bendecidos y, lo más importante, establecidos en el Señor.